En este artículo te contamos por qué incluir uvas y, especialmente las de color moradas, en tu dieta pueden beneficiar tanto tu boca como tu salud general.
¿Sabías que las uvas contienen antioxidantes naturales llamados polifenoles, entre los que destaca el resveratrol? Estas sustancias ayudan a combatir las bacterias que provocan caries y enfermedades de las encías, especialmente la Streptococcus mutans, principal responsable de la formación de placa dental.
Son diversos los factores que contribuyen a la enfermedad de caries, afirma la Dra. María José Galvez, odontóloga especialista en periodoncia de clínica Vínculo Dental. “Consumir frutas y verduras, y en este caso una fruta como la uva, disminuye la acumulación de azúcar refinada y con ello la transformación a ácidos que contribuyen a la formación de lesiones de caries”.
Los extractos de semilla de uva han demostrado que pueden fortalecer el colágeno de la dentina, que es el tejido que se encuentra justo debajo del esmalte dental. Esto podría hacer que nuestros dientes sean más resistentes a la descomposición.
Su poder antiinflamatorio gracias a los polifenoles que contiene la uva también puede ser útil en la prevención de enfermedades periodontales como la gingivitis o periodontitis.
Consumirlas de manera regular te ayudarán a mantener las encías saludables y a ser menos propensas a inflamaciones o infecciones.
Prefiere uvas frescas y con piel, donde hay mayor concentración de antioxidantes y enjuágate la boca con agua después de consumirlas, ya que su contenido de azúcares y acidez podría afectar el esmalte dental si se abusa en su consumo. “Importante: el cepillado de dientes, mínimo 2 veces al día por 2 minutos”, recuerda la Dra. Gálvez.
Además de su acción bucal, las uvas mejoran la salud cardiovascular, protegen contra el envejecimiento celular, apoyan el funcionamiento del sistema inmunológico y aportan fibra, que favorece la salud digestiva. Y su alto contenido de antioxidantes las convierte en un excelente alimento para cuidar tu cuerpo.
¿Y qué ocurre con el vino tinto?
Según un estudio en Journal of Agricultural and Food Chemistry, tanto el vino tinto como el blanco inhiben la proliferación de bacterias bucales comunes como Streptococcus mutans y Streptococcus pyogenes, relacionadas con caries y faringitis. Pero atención; este efecto no deriva del alcohol, sino de los compuestos fenólicos del vino, presentes tras la fermentación de las uvas.
El vino tinto —elaborado a partir de uvas oscuras— contiene una alta concentración de resveratrol. Si vas a consumir vino tinto, hazlo con moderación, ya que el alcohol y los ácidos pueden dañar el esmalte dental si no se complementa con una buena higiene oral. Además, el consumo de alcohol está asociado a otros riesgos para la salud bucal y general tales como: la erosión dental, cáncer oral, riesgo sistémico.
